Quienes venimos de este mundo sabemos quien es ella, su labor dentro de la musicoterapia, su profesionalidad y su importancia a todos los niveles... Tenemos el enorme lujo de poder contar con unas palabras de Cora Leivison dirigidas exclusivamente para nuestro blog. MUCHAS GRACIAS Cora por confiar en Music &Health!!
Parte de lo que resuena en mi hemisferio izquierdo...(otro día escribiré sobre el derecho)
Honrada de escribir para esta página quiero expresar mi deseo para este año 2012 que se inicia:
Que las nuevas generaciones de Musicoterapeutas.
Sepan mantener la llama viva del intercambio de ideas,
-la difusión sin elitismo de nuestro accionar profesional,
- el reconocimiento honesto de la labor de los colegas,
- el crecimiento teórico y epistemológico constante de nuestro trabajo vincular con nuestros pacientes, sus familiares, sus instituciones,
para no olvidar jamás que somos terapeutas que trabajamos con personas y por ellas tenemos que dejar a un lado omnipotencia y narcicismo.
Bueno, ya más tranquila , después de esta declaración de principios personales, puedo presentarme: soy Cora Leivinson, licenciada en Musicoterapia por la Universidad del Salvador en Buenos Aires, pero con una titulación de pregrado del año 1975, otorgado para una única promoción, por la Universidad del Museo Social Argentino.
Mi formación ha sido y es ecléctica, desarrollando con los años y la experiencia, una metodología similar (pero no idéntica) al Abordaje Plurimodal del equipo ADIM de Buenos Aires.
Debo reconocer que recién al instalarme en España (2001) comencé a intentar encasillar mi praxis, ya que hasta entonces en Argentina no me resultó necesario sentir que “pertenecía” a tal o cual modelo de intervención.
Considero que los seres humanos nos fundimos en teorías previas o contemporáneas, pero luego, también necesitamos desprendernos de ellas en pos de nuestro propio ”¡Eureka!...”
Quizás estas ideas se fundamentan en una tediosa y lejana época de vivencias dogmáticas y la urgencia por liberarme de ataduras intelectuales.
Lo cierto es que puesta a “repensarme” en mi accionar clínico, reivindico la “ignorancia” que poseíamos los musicoterapeutas argentinos que entre los años 65 al 96 fuimos forjándonos en una praxis, que también dio lugar a la extraordinaria recopilación que realizó Kenneth Bruscia, sobre técnicas de intervención, utilizadas por los Musicoterapeutas a lo largo y ancho del mundo.
También es cierto que recién en la década de los 90 (por el famoso “1 a 1” ) los argentinos pudimos salir masivamente a conocer mundo, intercambiar experiencias, participar y /o asistir a Congresos Internacionales, antes reservados a unos pocos.
Cuando digo que reivindico la ignorancia, lo digo teniendo en cuenta el concepto que “sin intuición no hay ciencia”…pero por supuesto que agradezco a los grandes maestros como Helen Bonny, Nordoff y Robbins, Mary Priestley, Rolando Benenzon, Juliette Alvin, Edith Lecourt, Gèrard Decourneaux, Tony Wigram, Kenneth Bruscia, Ruth Brightman, Even Ruud...y tantos y tantas que desde mediados del SXX y en la actualidad también, fueron desarrollando sus propios métodos e investigaciones...y en el presente inmediato, agradezco los invalorables aportes, que desde la Neurociencia, facilitan el desarrollo de esta “nueva corriente” que da en llamarse “Neuromúsica” .
Quiero destacar que pertenezco por formación a un país en que los musicoterapeutas realizan sus prácticas profesionales en hospitales oficiales, con pocos cargos rentados y con muchísimos ad honorem, realizando rotaciones durante su formación. Que los equipos de musicoterapeutas existen desde fines de los años 70, aunque hay que reconocer que están centralizados en las ciudades de Buenos Aires y Rosario, sedes de las formaciones de grado existentes hasta la fecha. ( Supongo también que estarán dispuestos a aceptar colegas, o futuros colegas españoles, que se interesen en un intercambio profesional temporario)
Pero también quiero destacar que en España, mi país por adopción, ya son numerosos los equipos de musicoterapeutas en hospitales oficiales o privados, que aunque quizás no tengan cargos rentados por no haber obtenido subvenciones para poder llevar a cabo su praxis, ni hayan logrado la difusión en los medios (todo está relacionado), están realizando una encomiable labor y en algunos casos muy original respecto a la concepción etaria en la que se mueven: cuidados paliativos pediátricos; sexualidad y cambio de género; cuidados paliativos y acompañamiento a la muerte; familiares de pacientes oncológicas; personal médico y de enfermería;
hemodiálisis; etc.
También es cierto que los abundantes alumnos que asisten a los múltiples másters y formaciones de posgrado, buscan de realizar sus prácticas comenzando con la observación de una intervención in-situ y las más de las veces esto se torna imposible, porque no se conoce desde las casas de estudio en qué sitios están trabajando los musicoterapeutas ya en ejercicio.
Así también es como existen intenciones reiteradas por realizar registros, encuestas, listados, asociaciones que no siempre dan sus frutos.
Parece que también nos apetece guardarnos nuestra experiencia ¿por miedo a perderla?, ¿por miedo a ser criticados?, ¿por miedo a ser copiados?...
Ya veis me apasiona la polémica, tanto como provocar una mirada directa en una persona con TEA o una sonrisa en un anciano con depresión simplemente con una improvisación sonoro-musical...
Estoy abierta a la discusión, ya sea por comentarios a este artículo o en cualquiera de mis e-mails: coraleivinson@gmail.com cleivinson@yahoo.es http://coraleivinson-musicoterapia.blogspot.com/
otros enlaces de interés:
http://musicoterapiaelizalde.blogspot.com/
http://musamusicoterapia.blogspot.com/
Honrada de escribir para esta página quiero expresar mi deseo para este año 2012 que se inicia:
Que las nuevas generaciones de Musicoterapeutas.
Sepan mantener la llama viva del intercambio de ideas,
-la difusión sin elitismo de nuestro accionar profesional,
- el reconocimiento honesto de la labor de los colegas,
- el crecimiento teórico y epistemológico constante de nuestro trabajo vincular con nuestros pacientes, sus familiares, sus instituciones,
para no olvidar jamás que somos terapeutas que trabajamos con personas y por ellas tenemos que dejar a un lado omnipotencia y narcicismo.
Bueno, ya más tranquila , después de esta declaración de principios personales, puedo presentarme: soy Cora Leivinson, licenciada en Musicoterapia por la Universidad del Salvador en Buenos Aires, pero con una titulación de pregrado del año 1975, otorgado para una única promoción, por la Universidad del Museo Social Argentino.
Mi formación ha sido y es ecléctica, desarrollando con los años y la experiencia, una metodología similar (pero no idéntica) al Abordaje Plurimodal del equipo ADIM de Buenos Aires.
Debo reconocer que recién al instalarme en España (2001) comencé a intentar encasillar mi praxis, ya que hasta entonces en Argentina no me resultó necesario sentir que “pertenecía” a tal o cual modelo de intervención.
Considero que los seres humanos nos fundimos en teorías previas o contemporáneas, pero luego, también necesitamos desprendernos de ellas en pos de nuestro propio ”¡Eureka!...”
Quizás estas ideas se fundamentan en una tediosa y lejana época de vivencias dogmáticas y la urgencia por liberarme de ataduras intelectuales.
Lo cierto es que puesta a “repensarme” en mi accionar clínico, reivindico la “ignorancia” que poseíamos los musicoterapeutas argentinos que entre los años 65 al 96 fuimos forjándonos en una praxis, que también dio lugar a la extraordinaria recopilación que realizó Kenneth Bruscia, sobre técnicas de intervención, utilizadas por los Musicoterapeutas a lo largo y ancho del mundo.
También es cierto que recién en la década de los 90 (por el famoso “1 a 1” ) los argentinos pudimos salir masivamente a conocer mundo, intercambiar experiencias, participar y /o asistir a Congresos Internacionales, antes reservados a unos pocos.
Cuando digo que reivindico la ignorancia, lo digo teniendo en cuenta el concepto que “sin intuición no hay ciencia”…pero por supuesto que agradezco a los grandes maestros como Helen Bonny, Nordoff y Robbins, Mary Priestley, Rolando Benenzon, Juliette Alvin, Edith Lecourt, Gèrard Decourneaux, Tony Wigram, Kenneth Bruscia, Ruth Brightman, Even Ruud...y tantos y tantas que desde mediados del SXX y en la actualidad también, fueron desarrollando sus propios métodos e investigaciones...y en el presente inmediato, agradezco los invalorables aportes, que desde la Neurociencia, facilitan el desarrollo de esta “nueva corriente” que da en llamarse “Neuromúsica” .
Quiero destacar que pertenezco por formación a un país en que los musicoterapeutas realizan sus prácticas profesionales en hospitales oficiales, con pocos cargos rentados y con muchísimos ad honorem, realizando rotaciones durante su formación. Que los equipos de musicoterapeutas existen desde fines de los años 70, aunque hay que reconocer que están centralizados en las ciudades de Buenos Aires y Rosario, sedes de las formaciones de grado existentes hasta la fecha. ( Supongo también que estarán dispuestos a aceptar colegas, o futuros colegas españoles, que se interesen en un intercambio profesional temporario)
Pero también quiero destacar que en España, mi país por adopción, ya son numerosos los equipos de musicoterapeutas en hospitales oficiales o privados, que aunque quizás no tengan cargos rentados por no haber obtenido subvenciones para poder llevar a cabo su praxis, ni hayan logrado la difusión en los medios (todo está relacionado), están realizando una encomiable labor y en algunos casos muy original respecto a la concepción etaria en la que se mueven: cuidados paliativos pediátricos; sexualidad y cambio de género; cuidados paliativos y acompañamiento a la muerte; familiares de pacientes oncológicas; personal médico y de enfermería;
hemodiálisis; etc.
También es cierto que los abundantes alumnos que asisten a los múltiples másters y formaciones de posgrado, buscan de realizar sus prácticas comenzando con la observación de una intervención in-situ y las más de las veces esto se torna imposible, porque no se conoce desde las casas de estudio en qué sitios están trabajando los musicoterapeutas ya en ejercicio.
Así también es como existen intenciones reiteradas por realizar registros, encuestas, listados, asociaciones que no siempre dan sus frutos.
Parece que también nos apetece guardarnos nuestra experiencia ¿por miedo a perderla?, ¿por miedo a ser criticados?, ¿por miedo a ser copiados?...
Ya veis me apasiona la polémica, tanto como provocar una mirada directa en una persona con TEA o una sonrisa en un anciano con depresión simplemente con una improvisación sonoro-musical...
Estoy abierta a la discusión, ya sea por comentarios a este artículo o en cualquiera de mis e-mails: coraleivinson@gmail.com cleivinson@yahoo.es http://coraleivinson-musicoterapia.blogspot.com/
otros enlaces de interés:
http://musicoterapiaelizalde.blogspot.com/
http://musamusicoterapia.blogspot.com/
Muchísimas Gracias Cora. Es todo un honor contar contigo. Tu gesto nos llena de ganas e ilusión por seguir trabajando duro y enseña una cosa muy bonita: "que los colegas se ayudan". Muchas Gracias.
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